El general Tomás Peña y Lillo, quien se encuentra en la clandestinidad desde 2024, confirmó su decisión de regresar a Bolivia para enfrentar a la justicia por su supuesta participación en el caso denominado "Golpe fallido", de junio de ese año.
El militar del servicio
pasivo manifestó que confía en el proceso judicial tras las declaraciones del
presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Romer Saucedo, para que los
exiliados puedan retornar y someterse a un sistema de justicia independiente.
"Considero que el
presidente del TSJ está en toda la razón y ahora preparo mis maletas para
volver a Bolivia", afirmó Peña y Lillo, en entrevista con Red Uno. Además,
considera que Saucedo tiene “un firme compromiso” con la justicia para que se
garantice imparcialidad.
A su juicio, la falta de
este principio fue uno de los mayores problemas que enfrentó Bolivia,
especialmente con los fiscales y abogados.
“Me voy a someter al
proceso porque no tengo ningún miedo, no he hecho nada", enfatizó el
general.
Antecedentes del caso
En julio de 2024, Peña y
Lillo se declaró en la clandestinidad luego de ser acusado de planificar la
toma de la Plaza Murillo del 26 de junio de ese año, por parte del entonces comandante
del Ejército, Juan José Zúñiga.
En aquella ocasión, el
militar del servicio pasivo explicó que su decisión de retirarse del país se
debió a la falta de garantías para su integridad personal y su desconfianza en
el sistema judicial.
"Me declaro en la
clandestinidad mientras no haya las garantías necesarias y mientras una
autoridad competente no me diga que va a hacer respetar mi integridad",
expresó entonces.
El general negó las
acusaciones que lo vinculan con el presunto asalto militar y relató que fue
Zúñiga quien lo convocó a su oficina para pedirle apoyo institucional del
sector pasivo de las Fuerzas Armadas. // Fuente: ABI / DC

