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La ruta del Carnaval de Oruro queda corta ante el número creciente de danzarines y músicos

  • 2024-02-14
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La entrada del Carnaval de Oruro.

El presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (ACFO), Ángel Arancibia, informó este miércoles que la ruta del Carnaval de Oruro quedó corta para el número creciente de danzarines y músicos.

El sábado 10 de febrero se desarrolló la entrada en la capital de folklore, a la que asistieron más de 50.000 bailarines y más de 20.000 músicos. El desfile folklórico comenzó en la plazuela Alberto Guerra, en el barrio Jardín, y terminó en el santuario de la Virgen del Socavón. Son más o menos cuatro kilómetros de distancia.

En entrevista con La Razón Radio, Arancibia afirmó que los conjuntos folklóricos continúan creciendo con el paso de los años. “El año pasado (2023) se veía de 100 a 120 músicos y hoy (2024) había 170 y 180 músicos (por banda)”, apuntó.

Además, dijo que varias fraternidades y conjuntos de morenadas y caporales alcanzaron hasta 1.500 “membresías” (danzarines) y cuatros bandas, algunas de 200 músicos. Lo más complicado: las morenadas ocupan más espacio y tiempo en la ruta debido al peso y proporción de sus trajes.

“El número grande de danzarines de las morenadas por sus trajes ampulosos provoca que se forme una cola tremenda”, insistió.

Así, recalcó la necesidad de pensar en una ruta alternativa para acoger a todos los danzarines que buscan participar. “Tendría que ser un trabajo mesurado (…) porque esto va a seguir creciendo. Si sigue creciendo y nosotros no sabemos controlarlo, se nos va a venir encima”, dijo.

Indicó que la gran cantidad de membresías es buena, pero el escenario donde se desarrolla la fiesta sigue siendo el mismo desde hace años; por lo que se requiere una extensión mayor de la ruta.

Al ser consultado sobre la posibilidad de limitar la cantidad de bailarines o extender la ruta del recorrido, indicó que ambas opciones son válidas. No obstante, después de un intento de limitar cupos, el primer problema será la denuncia de discriminación, dijo.

Indicó que es necesario buscar un escenario acorde a las exigencias de la población durante el Carnaval de Oruro. “Este año se vio la desesperación de la gente de llegar a los pies de la Mamita del Socavón”.

Arancibia explicó que el estatuto del Carnaval de Oruro indica que solo se permiten 500 membresías, pero esa determinación nunca se respetó. “Se habló de reducir la cantidad de membresías y se hicieron talleres de concientización con los presidentes de los conjuntos que quedaron en la nada”, lamentó.

Informó que ya no se permitirán más conjuntos; solo serán 52 las que participarán del Carnaval de Oruro.

Evaluación

Arancibia consideró que los factores que afectaron el recorrido normal del Carnaval de Oruro fueron tres: la entonación del Himno a Oruro, al mediodía del sábado; el clima, las lluvias, y la falta de conciencia de los conjuntos, que generan “baches” en la ruta.

Sin embargo, destacó que la Avenida Cívica Sanjinés-Vincenti estuvo completamente despejada de fotógrafos, youtubers, tiktokers y personal de la prensa.

Asimismo, aseguró que la seguridad privada instaló una barrera para que no pase nadie más que el personal autorizado. Lamentó que no hubo la cantidad suficiente de efectivos policiales para garantizar el control por toda la ruta del recorrido.

“Teníamos el dominio de la Avenida Cívica, pero si no tenemos la ayuda de la gente (…) y la ausencia de seguridad; (eso) nos deja huérfanos”, dijo.

Respecto al clima, destacó que cientos de bailarines recorrieron la ruta, pese a la lluvia. “Hay que felicitar a esos grupos que bailaron en la lluvia por más de dos horas”.

El Carnaval de Oruro es una festividad religiosa, folklórica y cultural de Bolivia. Es la máxima representación de los carnavales en el país, al que asisten miles de personas entre bailarines, músicos y espectadores.

El Carnaval de Oruro fue proclamado como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad” por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el 18 de mayo de 2001. // Fuente: La Razón