En dos operativos, en las ciudades de Cochabamba y Oruro, la Policía Forestal y de Protección al Medio Ambiente (Pofoma) desarticuló a dos redes dedicadas al tráfico ilegal de fauna silvestre. En las intervenciones cuatro personas quedaron aprehendidas.
El primer operativo se realizó en el municipio de
Quillacollo, Cochabamba, donde se evidenció la venta de erizos. La intervención
se ejecutó luego de varios meses de patrullaje cibernético.
“Se ha podido desbaratar esta red de tráfico de
especies silvestres. Este trabajo se realizó a través de vigilancia en redes
sociales, donde se detectó la venta ilegal de erizos, una especie exótica no
originaria ni de Bolivia ni de América Latina”, informó el director nacional de
Pofoma, Carlos Chispas, en conferencia de prensa.
Durante el operativo, se rescataron a 10 erizos. Se
presume que serían parte de un criadero clandestino. Además, se halló a 20
cuyes, 18 canes y tres felinos, en condiciones inadecuadas.
DETENCIÓN
PREVENTIVA
El propietario del domicilio quedó aprehendido y la
Justicia determinó su detención preventiva. En tanto, otra persona permanece
aprehendida mientras avanzan las investigaciones.
Ambos implicados podrían enfrentar una pena de hasta
ocho años de cárcel por el delito de tráfico de vida silvestre.
En un segundo caso, la Policía activó una
investigación por tráfico internacional de fauna amazónica, luego de que el
pasado fin de semana se interceptara un cargamento con 28 loros que
presuntamente tenían como destino el vecino país de Chile.
“Tenemos dos personas aprehendidas: una en la ciudad
de Oruro que era el destinatario, y otra en la ciudad de Cochabamba”, precisó
la autoridad policial.
A ambos detenidos se los puso a disposición del
Ministerio Público, mientras Pofoma investiga posibles nexos con redes más
amplias dedicadas al contrabando de fauna hacia el exterior.
El jefe policial dijo que este tipo de tráfico es
recurrente en la región altiplánica y que las especies de la Amazonía boliviana
son altamente cotizadas en el mercado ilegal extranjero como mascotas. //
Fuente: La Razón