El pilón
histórico de la Casa Nacional de Moneda, construido en 1897, ingresará en un
proceso de mantenimiento urgente debido al deterioro causado por las
condiciones climáticas extremas y el desgaste acumulado a lo largo de los años.
Con el objetivo de
preservar este patrimonio cultural y asegurar su permanencia, se implementarán
diversas medidas de conservación integral, anunció la Casa Nacional de Moneda,
dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia.
El pilón, una estructura
emblemática que ha resistido más de un siglo, enfrenta diariamente desgastes,
por el viento, las bajas temperaturas, las heladas y la formación de hielo que
han provocado grietas notables en la piedra, según un reporte de prensa del
repositorio nacional.
La acción de algunos
visitantes que se suben al pilón contribuye también al desgaste de su
superficie.
Además, intervenciones de
restauración previas realizadas de manera inadecuada provocaron fracturas y
filtraciones de agua que comprometen su integridad estructural.
Entre estas medidas de
conservación se ejecutará una limpieza exhaustiva y continua para eliminar
vegetación y presencia de cualquier elemento extraño que pueda afectar su
estructura.
Asimismo, durante la
época de invierno se evitará el encendido del pilón para evitar que la piedra
se fracture debido a las bajas temperaturas.
Las bajas temperaturas en
Potosí durante el invierno son extremadamente intensas y pueden causar daños
incluso en materiales como la piedra. Desde su emplazamiento, el pilón ha
sufrido crudos inviernos y heladas, y cuando el agua se congela, abre la
piedra, generando el desprendimiento de material.
El proceso de
restauración se realizará por el equipo especializado de la Casa Nacional de
Moneda, que empleará técnicas adecuadas y materiales específicos para
consolidar la estructura, reemplazar las partes afectadas y aplicar
tratamientos de protección que aseguren su durabilidad a largo plazo.
El pilón estará sin
funcionar temporalmente para su restauración, que se prevé llevarán entre
cuatro y cinco semanas. // Fuente: ABI