Bolivia denunció ante la comunidad internacional la violencia desatada por los seguidores de Evo Morales en Llallagua, Potosí, como parte de las acciones con la intención de derrocar al gobierno democráticamente elegido e impedir las elecciones del 17 de agosto.
“El día de hoy, martes 10
de junio, los comunarios, afectados por los bloqueos, se organizaron para
desbloquear. Esta acción derivó en un encuentro violento con los bloqueadores,
que los agredieron con armas de fuego, dinamitas y piedras, causando varios
heridos”, establece un comunicado oficial.
Una treintena de personas
resultaron heridas, de los que 15 fueron internados en el hospital de
Llallagua, por la gravedad de sus heridas. Los "evistas" buscan forzar la
candidatura de Morales, pese a no contar con un partido político y fallos
constitucionales que impide su aspiración electoral.
“Estas acciones, no
pueden considerarse dentro del marco de la protesta social, son actos
vandálicos que vulneran los principios democráticos, los derechos fundamentales
y buscan el derramamiento de sangre, el caos y la inestabilidad del país”, se
añade en el comunicado.
Las protestas apuntan
derrocar al gobierno de Arce. La exministra Teresa Morales reveló el lunes que
la estrategia es lograr la dimisión de Arce y presionar para que sucesión
llegue hasta Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, a fin de aplazar las
elecciones y lograr la candidatura del expresidente.
“El gobierno nacional
ratifica su voluntad de garantizar la seguridad, la vida del pueblo y un
proceso electoral transparente, justo y democrático”, establece el comunicado. //
Fuente: ABI