Los bolivianos acuden a las urnas este domingo para elegir al próximo presidente del país que gobernará desde el 8 de noviembre de 2025 hasta la misma fecha de 2030. El presidente Luis Arce ha comprometido que entregará el mando al ganador de estos comicios en una transición democrática.
Muchos
connacionales ya sufragaron en Japón y otras naciones de Asia y Europa
demostrando que Bolivia tiene a la democracia como su pilar fundamental pese a
las diferencias y un clima de polarización que deriva de las fricciones
políticas y la compleja situación económica.
Horas antes de
la votación, ha surgido un cruce de denuncias entre frentes sobre una «guerra
sucia», pero además han vuelto a las redes las acusaciones de fraude que las
verificadoras han descartado.
Las misiones de
observadores han seguido de cerca las pruebas de los sistemas de cómputo
oficial y del Sistema de Resultados Preliminares (Sirepre).
Se trata de una
de las elecciones más vigiladas de la historia de Bolivia. La canciller de
Bolivia, Celinda Sosa, informó que 14 misiones de observación extranjeras y
cinco nacionales acompañarán la votación de este domingo.
La jefa de la
diplomacia boliviana explicó que las delegaciones extranjeras pertenecen a la
Unión Europea (UE), que cuenta con 135 integrantes, y la Organización de
Estados Americanos (OEA), compuesta por 89 personeros, a las que se suman las
representaciones del Parlamento Andino y del Mercosur, entre otras.
Horas antes de
los comicios, el presidente Luis Arce ha pedido a los bolivianos que asistan a
las urnas y comprometió una transición democrática con el ganador de los
comicios.
«Como un
Gobierno elegido democráticamente, nos comprometemos a asegurar una transición
democrática hacia el próximo gobierno, que también será elegido a través del
voto popular», señaló.
«Por ello,
exhortamos al pueblo boliviano a asistir este domingo a las urnas con
patriotismo y responsabilidad. Su participación activa es la máxima expresión
de nuestra democracia», sostuvo.
La ministra de
la Presidencia, Maria Nela Prada, hizo una puntualización este domingo. Hace 28
años que un presidente no entrega el mando a su sucesor.
«Contra todo
pronóstico llegamos a las elecciones de 2025 y si Dios y la vida lo permite
nuestro Presidente hará una entrega ordenada al nuevo Gobierno, como
corresponde, como debería ser lo normal en todo Estado democrático y esto será
algo histórico, justo en el año de nuestro bicentenario, porque el hecho de que
un presidente que ganó en las urnas entregue el mando, luego de concluir su
mandato, a otro presidente que también ganó en las urnas, es algo que no sucede
desde hace más de 28 años», señaló.
En su criterio,
«dar esta señal a nuestras hijas e hijos me parece fundamental, empezar
nuestros siguientes 200 años de vida como bolivianas y bolivianos con
elecciones y con un cambio de mando ordenado es algo que debe ser cuidado y
valorado por todas y todos quienes creemos que la democracia es una gran
conquista que está por encima de nuestras diferencias». // Fuente: Eju