La influenza A (H3N2) es una infección respiratoria aguda que forma parte de la gripe estacional y circula a nivel mundial durante todo el año. Puede causar cuadros leves, pero también derivar en complicaciones graves que requieren hospitalización, especialmente en niños, adultos mayores y personas con enfermedades de base.

Este virus presenta cambios genéticos naturales con el paso del tiempo, conocidos como subclados. Estas variaciones forman parte de la evolución normal del H3N2 y no modifican de manera sustancial las formas de transmisión ni los síntomas de la enfermedad, que continúan siendo similares a los de la influenza estacional común.

Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la tos, el dolor de garganta, la congestión o secreción nasal, el dolor de cabeza, los dolores musculares y el cansancio extremo. En algunos casos, sobre todo en niños, también pueden presentarse vómitos o diarrea. La influenza se transmite principalmente a través de gotitas respiratorias al toser, estornudar o hablar, así como por el contacto con superficies contaminadas.

La principal medida de prevención sigue siendo la vacunación anual contra la influenza, ya que ayuda a reducir el riesgo de formas graves de la enfermedad y de hospitalizaciones. Además, es fundamental mantener hábitos de higiene, como el lavado frecuente de manos, la ventilación de ambientes y el uso de mascarilla cuando se presentan síntomas respiratorios. // BTV