El Gobierno revela que Emapa operaba con asociaciones y beneficiarios ficticios, en un entramado de corrupción que afectó a productores y familias bolivianas.
La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) era un “gran pulpo de corrupción” porque creaba asociaciones, proveedores y beneficiarios fantasmas, denunció el ministro interino de Desarrollo Productivo, Óscar Justiniano.
“Emapa era
un gran pulpo de corrupción, del cual sus tentáculos llegaban para poder
generar actos que estaban relacionados íntimamente con la corrupción, porque,
literalmente, el seguir los procedimientos era imposible de poder llegar a un
fin determinado”, dijo en contacto con Red Uno.
Según la
autoridad, en la empresa estatal se creó asociaciones, proveedores y
beneficiarios fantasmas para recibir subsidios, ingresar productos más caros y
seguir generando “actos circulares de corrupción”.
“Todo lo que
han hecho en Emapa es jugar con la necesidad del pueblo, es jugar con la
necesidad, jugar con la viabilidad de la producción y jugar también con el
hambre de la población”, subrayó.
Asimismo, la
autoridad gubernamental indicó que de un presupuesto de Bs 4.600 millones
asignados a Emapa, sólo fue ejecutado el 40%, empero, “no hay plata” para
cumplir con las demandas.
“A cada
punto que avanzamos, en cada paso que damos encontramos de que lo que siempre
se ha hecho es jugar con la necesidad de la población, jugar con la necesidad
de los productores”, remarcó la autoridad.
El miércoles
de la semana pasada, Emapa fue intervenida tras detectarse indicios de
corrupción.
Con esa
medida, según el ministro, al Gobierno le toca entender “exactamente” qué es lo
que pasó para “llegar a este momento” en que “las familias sufren, no hay la
harina y hay deudas monstruosas del trigo” en la empresa estatal. // Fuente: ABI
/ DC

