La justicia boliviana condenó a un año de cárcel a los jesuitas españoles Marcos Recolons y Ramón Alaix por encubrir los abusos sexuales de Alfonso Pedrajas, quien admitió haber agredido a al menos 85 niños en un colegio de Cochabamba. Aunque los delitos prescribieron y Pedrajas falleció, la sentencia marca un precedente al responsabilizar a altos cargos de la Iglesia.

Las víctimas recibieron la noticia con alivio. “Celebramos, porque se abrió la puerta para encaminar la justicia tan esperada”, expresó Wilder Flores, presidente de la Comunidad Boliviana de Sobrevivientes. Documentos internos y la investigación periodística demostraron que los jesuitas conocían los abusos y los ocultaron.

La condena, aunque no implica ingreso a prisión por ley, es la primera en Bolivia contra autoridades eclesiásticas por encubrimiento de pederastia. Para las víctimas, representa un paso clave hacia la verdad y la justicia tras años de silencio.