Galo Carrillo, presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos, destacó el crecimiento de fraternos pese a la crisis económica y resaltó el impacto cultural y económico de la celebración.
La ciudad
de La Paz se prepara para vibrar al ritmo del Gran Poder. La fiesta, declarada
Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, continúa
creciendo y se consolida como la expresión cultural más grande de Bolivia. Para
la edición 2026, se espera la participación de casi 100.000 fraternos en la
entrada principal, una cifra que confirma su poder de convocatoria y su impacto
en la economía local.
En la
última entrada, en 2025, 92.000 bailarines y 35.000 músicos llenaron de color y
música las calles, mientras más de 141.000 espectadores se sumaron al
espectáculo de trajes, danzas y devoción.
Galo
Carrillo, presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos del Gran Poder
(ACFGP), recordó a Ahora El Pueblo que hace 50 años las primeras entradas
comenzaron con apenas 12 o 13 fraternidades. Hoy, con 51 años de historia, la
ACFGP agrupa a 75 fraternidades y sigue creciendo año tras año en número de
fra-ternos.
“Estamos
cerca de los 100.000 participantes en su máxima capacidad. Esto refleja un
crecimiento sostenido en cada fraternidad y en cada danza”, señaló.
El 13 de
diciembre, los fraternos celebraron el sexto aniversario de la declaratoria de
la festividad como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad con una
“minientrada” de 36 fraternidades, fue un adelanto de lo que será la gran
celebración de 2026, prevista para junio.
Aunque la
expresión cultural podría alcanzar hasta 100 fraternidades, un congreso
ordinario celebrado ha-ce tres años decidió mantener las 75 actuales para
garantizar la organización y permitir que cada fraternidad incremente su número
de fraternos.
“Año tras
año aumenta la participación. La fe y devoción al Señor del Gran Poder son el
motor de este crecimiento. En 2026, seguro veremos un nuevo récord”,
destacó Carrillo.
El
despliegue de danzas es impresionante: los ritmos livianos —tinku, llamerada,
caporal y tobas— duplica-ron su presencia, mientras que la morenada, pese al
alto costo de los trajes, sumó 22 fraternidades, lo que la convierte en la
mayor congregación de esta danza a escala nacional. “Somos el plato fuerte: la
institución más grande y relevante del país”, afirmó el dirigente.
UNA
INDUSTRIA SIN CHIMENEA
La
festividad también mueve la economía. Carrillo la definió como una “industria
sin chimenea” que crece año tras año. En 2025, solo esta celebración generó un
impacto económico significativo de casi $us 60 millones a través de vestuario,
gastronomía, música, hospedaje y artesanía.
“La
tradición cultural impulsa la economía naranja y atrae turistas nacionales e
internacionales. Con políti-cas estatales adecuadas, su potencial podría
duplicarse o triplicarse”, aseguró.
Con la
mirada puesta en 2026, la ACFGP reforzará la organización de las fraternidades
y la inclusión de nuevos fraternos con el fin de consolidar el Gran Poder como
una celebración de impacto social, cultural y económico, tanto a escala local
como internacional.
ORÍGENES DE
LA DEVOCIÓN
El
historiador Randy Chávez explicó que la festividad del Gran Poder tiene su
origen en la devoción a un antiguo lienzo colonial, introducido en un
monasterio de monjas de la calle Sanjinés de La Paz, construido en 1663. El
origen del cuadro no está plenamente establecido. Pudo haber llegado desde
España o haber sido elaborado en la Escuela del Collao, en Copacabana.
La imagen
pertenecía a la monja Genoveva Carrión y representaba a la Santísima Trinidad
con tres rostros, una iconografía poco común que fusionaba elementos del
cristianismo con antiguas tradiciones europeas. Después de la muerte de
Carrión, el lienzo llegó al barrio de Chijini y fue resguardada en la iglesia
del Buen Pastor.
El
crecimiento de la devoción impulsó la construcción de templos en la zona y, en
1923, los vecinos entronizaron la imagen en la iglesia de la calle Gallardo,
donde se desplegaron las primeras danzas con cuatro comparsas. Con el tiempo,
esa expresión de fe dio origen a la zona y a la festividad que hoy se conoce
como el Gran Poder. // Fuente: AEP / DC

