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El ocaso de un grande: Wilstermann y el abismo del descenso

  • 2025-12-30

El club aviador está al borde del colapso futbolístico y a punto de perder la categoría. El equipo se aferra a una frágil tabla de esperanza en el Consejo Superior de la División Profesional.


El club Jorge Wilstermann, una de las instituciones más laureadas y emblemáticas del fútbol boliviano, atraviesa hoy las horas más bajas de su historia centenaria. Lo que antes era un grito de victoria en el estadio Félix Capriles se ha transformado en un silencio sepulcral que envuelve a una institución en picada, cuyo destino parece estar inexorablemente marcado por el retorno a la Primera A de la Asociación de Fútbol de Cochabamba. El Aviador, que supo surcar los cielos de la Copa Libertadores, hoy se encuentra con los motores apagados y cayendo en picada hacia el fútbol asociado.

La debacle no es producto del azar, sino de una campaña deportiva desastrosa. El equipo rojo valluno ocupó el último lugar de la tabla acumulada del torneo Todos contra Todos de la presente gestión. Las estadísticas son el reflejo de una crisis que caló hondo en el gramado: en 30 cotejos disputados, Wilstermann apenas obtuvo 19 puntos. El registro es lapidario: solo 4 victorias, 7 empates y una alarmante cifra de 19 derrotas. En la cancha, el cuadro aviador perdió la brújula, la mística y, finalmente, la categoría.

EL “CASO MONTAÑO” Y EL REVÉS EN EL TAS

Durante gran parte del torneo, la campaña del cuadro rojo fue, sin discusión, la peor de la división profesional. Sin embargo, la dirigencia y la hinchada se aferraban a una esperanza administrativa, un “as bajo la manga” que parecía salvarlos del desastre: la situación del club Aurora. El Equipo del Pueblo había comenzado el certamen con 33 puntos en contra, debido a una sanción por la adulteración de identidad y edad del jugador Gabriel Monta-ño. El futbolista había admitido públicamente haber utilizado la identidad de su hermano fallecido y una edad menor para ser registrado fraudulentamente como jugador Sub-20.

Bajo esa premisa, Aurora estaba virtualmente descendido desde el pitazo inicial del torneo. Wilstermann, aun con su pésimo desempeño, se sentía a salvo bajo la sombra de la tragedia ajena.

Aurora apeló la quita de puntos ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en Suiza. El 19 de diciembre, el veredicto cayó como un balde de agua fría en la sede aviadora: el fallo fue a favor del cuadro celeste. El tribunal internacional le restituyó los puntos, dejando a Wilstermann hundido, solo y sin compañía en el sótano de la tabla.

UNA PESADILLA QUE SE REPITE 15 AÑOS DESPUÉS

Para el hincha ‘aviador’, este sentimiento de impotencia no es nuevo. Existe un antecedente que hiela la sangre de quienes recuerdan el año 2010. Hace 15 años, Wilstermann pasó por la misma pesadilla. En aquella ocasión, luego de una gestión deportiva deficiente, la dirigencia de entonces también intentó maniobras de último minuto en los escritorios para anular los descensos y evitar la caída. El intento fracasó estrepitosamente y, por primera vez en su historia, el gigante de Cochabamba descendió.

Hoy, la figura parece una copia de aquel trauma. El cuadro rojo acabó último, pero la dirigencia actual apuesta por repetir la fórmula del pasado: intentar la anulación de los des-censos en el Consejo Superior de la División Profesional. Los movimientos “entre bambalinas” no se hicieron esperar. Se rumoreaba que la dirigencia aviadora había asegurado el voto de la mayoría de los clubes de la Liga para reformar el campeonato y evitar que cualquier equipo profesional cayera al fútbol asociado.

EL LIMBO DEL CONSEJO SUPERIOR Y LA SOLEDAD DEL ROJO

La cita clave estaba pactada para el lunes 29 de diciembre. Sin embargo, la estrategia de los pasillos se topó con una muralla de ausencias. El Consejo Superior de la División Profesional no pudo sesionar debido a la falta de quórum: de los 16 equipos que integran la máxima categoría, solo cuatro representantes estaban presentes en la sala virtual. Este boicot tácito dejó la decisión en suspenso, postergándola para el martes 30 de diciembre.

En este ‘limbo’ administrativo, Wilstermann se encuentra con un pie prácticamente en el vacío. La realidad política dentro de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) ha cambiado en las últimas horas. Se ha filtrado que son cada vez más los clubes que se oponen frontalmente a la anulación de los descensos, considerando que premiar la ineficiencia deportiva dañaría la credibilidad del torneo. El golpe de gracia vino de su eterno rival: el club Aurora.

DISPUTAS DE ORGULLO Y EL MILAGRO AUSENTE

Jorge Ferrufino, dirigente de Wilstermann, intentó apelar al sentimentalismo y al peso institucional del club, sentenciando que perder a Wilstermann no es “perder a un equipo más”, sino un golpe al corazón del fútbol boliviano por su masiva hinchada. Estas declaraciones encendieron la mecha de la rivalidad regional, reviviendo la eterna disputa sobre quién tiene más seguidores en el valle.

La respuesta de Aurora fue tajante. Su presidente, Jaime Cornejo, declaró que no habrá solidaridad vecinal en este asunto: “Nos vamos a oponer a que haya 18 equipos en la Liga”, afirmó, cerrando la puerta a cualquier reforma que salve al Rojo.

Así, con los números en rojo en la tabla, sin aliados en la mesa de votación y con la sombra de 2010 acechando, Wilstermann se asoma al precipicio. El descenso inminente parece una realidad inevitable, a menos que ocurra un milagro jurídico que la lógica deportiva ya no puede sustentar. Por el momento, el aviador está punto de perder sus alas y caer en picada. // Fuente: AEP / DC