A casi dos semanas de la entrada en vigencia del Decreto Supremo 5503, el Gobierno nacional presentó este martes un primer balance sobre la nueva política de comercialización de combustibles. El ministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, en conferencia de prensa desde Santa Cruz, confirmó que el consumo de diésel registró una caída de hasta el 50%, un indicador que atribuyó directamente a la paralización del contrabando y a la desaparición de los incentivos económicos para el mercado ilegal.

Durante el encuentro con los medios, en el que también participó el presidente de YPFB, Yussef Akly, la autoridad sectorial destacó que la respuesta del mercado fue casi inmediata tras la aplicación de la norma. Según las proyecciones oficiales, se espera que la demanda interna se estabilice con una reducción de entre el 30% y el 40% respecto a los niveles anteriores.

“El mercado ya está actuando. Al quitar el incentivo económico al contrabando, el consumo de diésel cayó de forma casi inmediata. Estimamos que se estabilice entre el 30% y el 40%”, sostuvo Medinaceli.

El titular de Hidrocarburos detalló que, antes de la medida, el contrabando de combustibles movía cifras millonarias, estimadas entre dos y tres millones de dólares diarios, lo que alimentaba un sistema de corrupción a gran escala. La reducción actual en el consumo implica, por tanto, una menor necesidad de divisas para la importación de carburantes, lo que reduce la presión sobre el tipo de cambio y genera un ahorro inmediato para las arcas estatales.

Retorno al sistema de precios variables

La autoridad explicó que el Decreto 5503 restableció un mecanismo de formación de precios basado en márgenes y referencias del mercado internacional, similar al esquema que Bolivia aplicó entre 1997 y 2000. Este sistema busca garantizar el abastecimiento, ordenar el consumo y evitar que el combustible subvencionado termine financiando actividades ilícitas.

Medinaceli recordó que la política de congelamiento de precios se implementó entre 2003 y 2004, en un contexto de crisis política, y se sostuvo hasta 2010 gracias a los altos ingresos por la exportación de gas. Sin embargo, el escenario cambió radicalmente a partir de 2015.

“Desde 2004 hasta 2010, los precios de la gasolina y el diésel se mantuvieron constantes. En ese periodo, los altos ingresos por exportación de gas permitían sostener el subsidio”, argumentó la autoridad, para luego contrastar con la realidad reciente: “Llegamos a un punto en el que importábamos cada vez más diésel y exportábamos menos gas. Esa ecuación no podía sostenerse”.

El Ejecutivo aseguró que el objetivo central de la normativa es asegurar que el combustible llegue al consumidor final y evitar las filas en las estaciones de servicio, marcando un punto de inflexión en la política energética del país. // Fuente: Correo Del Sur