El daño directo total en empresas públicas, sumando aquellas cerradas, en quiebra técnica y proyectos inviables, asciende a $us 1.463 millones.
El Gobierno
denunció ayer un “saqueo institucional” ocurrido entre 2006 y 2024, que generó
un daño económico directo de $us 2.595 millones al Estado, a través de la
creación de empresas públicas inviables y plantas industriales fallidas.
El ministro
de la Presidencia, José Luis Lupo, presentó el informe denominado Saqueo
institucional: el costo de la corrupción en las empresas públicas. Del monto
total perdido, $us 1.463 millones corresponden a empresas estatales y $us 1.132
millones, a nuevas factorías del “proceso de industrialización”.
DATOS
Según el
reporte, entre 2006 y 2024 se crearon 67 empresas públicas, en las cuales se
invirtieron $us 7.750 millones de las reservas internacionales. De ese monto,
solo se recuperó el 18% en 19 años, dejando $us 6.000 millones como recursos
que probablemente no podrán ser rescatados.
“El 28 por
ciento de los desembolsos de estos créditos fueron a crear 14 empresas
inviables. Se volvieron un instrumento de corrupción. Cuatro de estas empresas
ya están cerradas y cinco están en quiebra técnica”, indicó Lupo.
EMPRESAS
CERRADAS
El capital
perdido en empresas cerradas asciende a $us 122 millones, incluyendo casos como
Ecobol (Empresa de Correos de Bolivia), Construcciones del Ejército, Empresa
Nacional de Textiles (Enatex) y Boliviana de Turismo (Boltur).
Además
existen “empresas zombies” que operan en quiebra técnica con patrimonios
negativos, en las que se invirtieron $us 1.294 millones y se necesitarían Bs
697 millones (aproximadamente $us 100 millones) solo para cumplir con sus
obligaciones y cerrarlas.
PROYECTOS
EN CURSO
A esto se
suma el gasto en proyectos en curso que también son inviables, por un monto de
$us 91,5 millones. Entre las empresas están la Industria Boliviana Química
(IBQ), la Industria Farmacéutica Boliviana (Lifab), la Industria de la Química
Boliviana de la Hoja de Coca (Kokabol) y la Industria Boliviana de Aceites
Ecológicos (IBAE). “Obviamente, acá tenemos que parar el desangre de esto que le
ha costado tanto dinero al país”, dijo la autoridad.
El daño directo
total en empresas públicas, sumando aquellas cerradas, en quiebra técnica y
proyectos inviables, asciende a $us 1.463 millones.
NUEVAS PLANTAS
La
situación se agrava con las “plantas planificadas” bajo el modelo de
industrialización por sustitución de importaciones. Se planificaron 174 plantas
con una inversión total de $us 3.164 millones. De estas, solo 40 fueron
entregadas, 134 están en construcción, y únicamente 19 están en funcionamiento.
Según el detalle, un total de 60 plantas son inviables y representan un valor
de $us 1.132 millones.
Estas
plantas abarcan diversos sectores como biocombustibles, construcción y
fabricación, fertilizantes y agroinsumos, industria farmacéutica, litio,
minería, química básica y alimentos, incluyendo proyectos como plantas de papa
frita, soya, quinua, arroz y cereales. “Gran parte de estas actividades que el
sector privado las puede realizar y que el Estado creó una historia para poder
saquear el país”, agregó Lupo.
FACTURA
El costo
total de la corrupción en estas empresas públicas y plantas industriales suma
los $us 2.595 millones mencionados.
Este monto,
según el Gobierno, podría haberse convertido en 30 hospitales de cuarto nivel,
entre 4.000 y 5.000 kilómetros de carreteras productivas, entre 700 y 900
megaunidades educativas nuevas, o la exploración de 30 pozos de gas.
ACCIONES
El Gobierno
anunció que tomará medidas inmediatas, incluyendo el “cierre del grifo de
gastos”, la auditoría “de cada centavo gastado”, una reingeniería fiscal, la
reestructuración de empresas públicas y una investigación rigurosa para
determinar responsabilidades. Se identificará a quienes autorizaron las
inversiones sin factibilidad y se garantizará un proceso transparente.
“Obviamente,
hay que hacer una auditoría absolutamente responsable y seria para poder
iniciar una investigación rigurosa y determinar quién autorizó estas
inversiones sin ninguna factibilidad, desde el día en que nacieron, y
garantizar, por supuesto, un proceso completamente transparente. No podemos
seguir financiando la ineficiencia con el ahorro de los bolivianos”, refirió
Lupo.
Según el
informe, muchas de estas empresas nacieron inviables, representaron un fracaso
técnico y se constituyeron en un “instrumento de saqueo”. La injerencia
política en las decisiones y puestos clave, así como la dependencia crónica del
Estado, convirtió a estas empresas en un “barril sin fondo”, incapaces de
autofinanciarse, generando un círculo vicioso de desfalco.
El Gobierno
enfatizó en que esta situación no es solo un problema técnico o financiero,
sino un desafío institucional, político y moral que requiere la aplicación de
la ley, auditoría, reordenamiento y el fin de la impunidad. // Fuente: AEP / DC

