El futuro de más de 500.000 migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela en Estados Unidos quedó en entredicho tras la decisión de la Corte Suprema de permitir que la administración de Donald Trump revoque el programa de “parole” humanitario que les otorgaba residencia y permiso de trabajo temporal. Según reportó Reuters, la medida deja a cientos de miles de personas expuestas a una posible deportación acelerada, mientras continúan los litigios en tribunales inferiores sobre la legalidad de la revocación masiva de este estatus.
El programa de “parole” humanitario, implementado por
la administración de Joe Biden en 2022 y ampliado en 2023, ofrecía a migrantes
de los cuatro países la posibilidad de ingresar legalmente a Estados Unidos por
dos años, siempre que contaran con un patrocinador financiero y superaran
controles de seguridad. De acuerdo con The New York Times, “el programa
permitió que más de 530.000 personas de esas nacionalidades entraran al país
con autorización para residir y trabajar temporalmente”. La administración de
Biden defendió la iniciativa como una vía para desalentar los cruces
fronterizos irregulares y ofrecer una alternativa segura y ordenada a quienes
huían de crisis económicas, políticas y humanitarias.
La decisión de la Corte Suprema, emitida este 30 de
mayo, no incluyó una argumentación escrita y fue adoptada en respuesta a una
apelación de emergencia presentada por el gobierno de Trump. Dos juezas
liberales, Ketanji Brown Jackson y Sonia Sotomayor, expresaron su desacuerdo.
Jackson afirmó en su opinión disidente que el tribunal “claramente arruinó” su
evaluación sobre qué parte sufriría más daño si se permitía la revocación del
estatus legal mientras se resuelve el caso. Según USA Today, Jackson sostuvo
que la mayoría “subestimó las consecuencias devastadoras de permitir que el
gobierno altere de manera precipitada las vidas y medios de subsistencia de
casi medio millón de no ciudadanos, mientras sus reclamos legales están
pendientes”.
El programa de “parole” se remonta a la década de
1950, cuando la ley federal de inmigración permitió a las administraciones
conceder permisos temporales de entrada por razones humanitarias o de interés
público significativo. CNN recordó que “la administración de Eisenhower, por
ejemplo, otorgó parole a decenas de miles de personas que huían de Hungría tras
la represión soviética”. En el caso reciente, la administración de Biden
recurrió a este mecanismo para responder al aumento de migrantes de países con
graves crisis internas, permitiendo su ingreso legal y acceso a empleo.
La administración de Trump, al asumir el poder, ordenó
el fin de todos los programas de “parole” categóricos. El 20 de enero, Trump
firmó una orden ejecutiva para terminar con estos programas, y en marzo, la
secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunció la revocación de los
permisos, acortando los plazos de los beneficiarios. Según Reuters, el gobierno
argumentó que “revocar el estatus de parole facilitaría la inclusión de los
migrantes en un proceso de deportación acelerada conocido como ‘expedited
removal’”. // Fuente: Infobae