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La Junta Tuitiva de 1809, el primer gobierno autónomo que rompió con España

  • 2025-07-16
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Una pintura que grafica la conformación de la Junta Tuitiva de 1809. ?

Cerca de la noche del 16 de julio, aprovechando la celebración de la Virgen del Carmen y la contienda de España con Francia, el pueblo en masa se arrojó sobre el cuartel en La Paz, sorprendiendo al centinela y demás soldados, ganando todas las armas y cañones. La campana grande de la Catedral resonó en la ciudad.

Todo el mundo se reunió en la plaza: los del pueblo tomaron la precaución de poner artillería y centinelas en las esquinas, de modo que todos entraban y ninguno salía.

Hecha esta operación, sacaron el retrato del rey de España, Fernando VII, a la puerta del Cabildo. Casi al mismo tiempo, se agolpó parte del pueblo a las casas de los emisarios españoles tomando todas las armas y municiones.

Llegada la noche, a las diez, el pueblo instaló el Cabildo. Encomendó a los abogados Gregorio Lanza y Juan Basilio Catacora, para que tomen nota de las demandas, refiere el diario del Presbítero Patiño.

Ahí, a una sola voz, el pueblo demandó que el Gobernador Intendente renuncie al mando, que los ministros de la Real Hacienda entreguen al Cabildo una de las llaves de las arcas reales y que el Administrador de Correos Francisco Pazos deje el empleo.

Todo se ejecutó. Dimitieron las autoridades y se procedió al nombramiento provisional del comandante de Armas, Pedro Domingo Murillo, quien ya en 1805 fue parte de una “intentona de revolución”, afirma el historiador Pablo Michel.

“Son apresadas las autoridades realistas y se empieza a quemar los libros de tributos, de deudas de la corona española y se crea, y esto es importante, se crea por primera vez un gobierno en La Paz, en nuestro territorio que se llamaba Charcas (integrado) por autoridades locales, paceñas, ya no son impuestas por su majestad”, destaca el historiador.

Los patriotas bautizan al primer gobierno autónomo como la Junta Tuitiva, que tiene en su núcleo a “paceños, independentistas que ya no querían saber nada de la corona española”.

“Ése es un primer gobierno y eso sí es una ruptura definitiva con España”, define el también documentalista.

Fue un gobierno “autónomo compuesto por criollos, mestizos, aimaras, quechuas, negros e incluso españoles que apostaron por una nueva patria desvinculada de España”.

De acuerdo con Michel, los “hechos del 16 de julio de 1809 y la consiguiente creación de un nuevo gobierno que se conoció como Junta Tuitiva no fueron los de una simple ‘gesta libertaria’ y menos los de un ‘grito libertario’; pues en La Paz no hubo ningún ‘grito’ y menos libertario… lo que se vivió en las jornadas de julio de 1809 fueron los de una genuina Revolución Libertadora”.

Según la investigación del historiador, el mismo 16 de julio de 1809 debió estallar similares acciones en Cochabamba y en Arequipa, pero éstas fueron abortadas, pese a haberse preparado por mucho tiempo.

Se eligió esa fecha por la celebración de la Virgen del Carmen en España y porque en ese momento Fernando VII resistía la invasión napoleónica que colocó en el trono al hermano de Napoleón, José I Bonaparte.

Lo cierto – señala seguro Michel – “la revolución de La Paz no puede entenderse sin la revolución de Chuquisaca (25 de mayo de 1809) y esto rompe ese chauvinismo que hemos tenido, insano, con Chuquisaca, de dónde fue la primera revolución”.

“No se puede entender una sin la otra. Los doctores de Charcas, la parte intelectual de los emisarios que están gestando este movimiento emancipador en la Universidad de San Francisco Xavier, luego de 50 días llegan a La Paz, reuniéndose con Murillo con los independentistas paceños, entonces esa parte intelectual de los doctores se vuelve en una cosa armada en La Paz, el pueblo en armas y los paceños son revanchistas, entonces se da la Revolución Libertadora”.

Imbuido de valentía del pueblo paceño, la Junta Tuitiva crea un nuevo ejército y a la par de anular las deudas y tributos hacia España, se instaura una nueva forma de gobierno en cuanto al manejo económico.

“Se plantea muchas cosas, entre ellas se determina abolir la servidumbre, aunque eso evidentemente fue un mito. Como toda revolución se salió de su cause, pero además tuvo muchos problemas cuando antes de que acabe el año (1809) llegó el realista (José Manuel de) Goyeneche, entonces ya no pudo darse más estos cambios”, relata Michel.

Nacido en Arequipa, bajo el virreinato del Perú, el 12 de junio de 1776 en el seno de una familia acomodada, José Manuel de Goyeneche fue el alfil de la corona española elegido para frenar las revueltas independentistas desatadas en Chuquisaca y La Paz con una gran dureza.

“Fue tremenda la persecución, el hecho más fehaciente es que quienes firmaron la Proclama de la Junta Tuitiva fueron condenados a muerte, lo que no ocurrió en otros departamentos, eso muestra también la intensidad de lo que fue la revolución aquí, en La Paz”.

“En otros departamentos no se ha ejecutado, no ha habido estos colgamientos como se ha hecho con los patriotas; y no sólo había patriotas nacidos en La Paz, también había patriotas españoles que se dieron la vuelta y abrazaron las causas independentistas, como el gallego (Juan Antonio) Figueroa, por ejemplo”, refiere el historiador.

Cuando se instauró el juicio contra los revolucionarios paceños, el realista José Manuel de Goyeneche usó como pruebas para demostrar la traición de los insurrectos contra el “amado rey Fernando” varios documentos de la Junta Tuitiva, hoy desaparecidos, en los cuales figuraban los nombres de los patriotas líderes de la Revolución de Julio y estas pruebas serían instrumentos contundentes para establecer sus reales lealtades a la causa independentista, por eso permanecerían presos por varios meses, con grilletes en las mazmorras y calabozos ubicados debajo del antiguo Cabildo.

Luego del juicio, las sentencias fueron dictadas el 26 de enero de 1810 a la media noche y de la siguiente forma: Pedro Domingo Murillo, coronel y presidente de la Junta Tuitiva, ahorcado y su cabeza clavada en el pilar del Alto de Potosí; Basilio Catacora, representante ahorcado; Buenaventura Bueno, representante ahorcado; Melchor Jiménez, alias el “pichitanca”, ahorcado; Juan Antonio Figueroa, gallego de origen, al garrote; Mariano Graneros, alias el “chalatejeta”, ahorcado; Apolinar Jaén, ahorcado, y su cabeza llevada a Coroico; Gregorio García Lanza, auditor de guerra, representante del pueblo y vocal de la Junta Tuitiva, al garrote; Juan Bautista Sagárnaga, subteniente de las milicias del Rey, al garrote; y el Presbítero José Antonio Medina, ejecución del castigo en suspenso hasta la resolución del Señor Virrey.

“Después se realizarán ejecuciones en febrero y abril; además gran parte de la población boliviana va a ser castigada, a muchos abogados se les quita el derecho de ejercer, varios son exiliados, desterrada a las Filipinas o a las cárceles de Boca Chica o a Buenos Aires, como se lo hizo con presbítero cura Medina que es de los que firmó la Proclama de la Junta Tuitiva, es el único que no es ejecutado por su condición de cura”, apunta Michel.

Luego de las ejecuciones del 29 de enero de 1810, la sociedad paceña quedaría dividida entre realistas e independentistas por casi 16 años, al igual que en el resto de otras ciudades que fueron parte de la antigua intendencia Charcas, donde se viviría una real “guerra a muerte” llegando a 1825 con casi la totalidad de sus protagonistas muertos, refiere Michel ya en su texto Por qué fue una REVOLUCIÓN LIBERTADORA y no solamente una "gesta libertaria", y menos "grito libertario".

Si bien en esta parte del continente se inició primero la lucha por la independencia, no fue hasta 1825 que Bolivia nació como República pues “los realistas tuvieron una sólida motivación: no abandonar el cerro de Potosí, que finalmente fue el ‘monedero de medio mundo’, por lo que tampoco es casualidad que en nuestro escudo y monedas esté presente al centro nuestro emblemático Cerro Rico de Potosí”.

“Como tampoco es casualidad que nuestra primera bandera boliviana haya sido en realidad la primera bandera paceña, de las invictas republiquetas de Ayopaya e Inquisivi y las barricadas en las calles paceñas contra Ricafort y sus tropas realistas... la rojo punzó y verde esmeralda, con la que los supervivientes de nuestra Gran Guerra Patria entrarían triunfalmente a la ciudad de La Paz en 1825”, destaca Michel. // Fuente: ABI